“El conocimiento de Dios es el conocimiento más importante que una persona puede tener”
– A.W. Tozer, El Conocimiento de lo Santo
Somos conocidos por Dios.
Y, fuimos hechos para conocerle.
Conocer Su carácter de Padre. Conocer Su naturaleza de Dios todopoderoso. Y en todas las Escrituras vemos Sus atributos. Vemos Su amor, bondad y santidad. Vemos Su justicia, misericordia y bondad.
Y los atributos de Dios nos revelan quién es Dios y cómo es Dios.
Como escribe John Frame en La doctrina de Dios:
La Biblia no se propone demostrar la existencia de Dios, sino que revela los atributos del Dios que ya es.
Lo que encontramos a lo largo de las páginas de la Escritura es la revelación que Dios hace de Sí mismo, expresada a través de diversos atributos.
Pero los atributos de Dios no sólo revelan cómo es Dios. También revelan quiénes fuimos creados para ser como portadores de Su imagen.
Es esta hermosa revelación de Sí mismo, que también proporciona una revelación de quiénes somos como Sus hijos e hijas.
Los atributos que distinguen a Dios
En cuanto a los atributos de Dios, hay cualidades que sólo le pertenecen a Él. Porque, aunque fuimos creados para ser como Él, no fuimos creados para ser Él.
Dios es Eterno
Dios no tiene principio ni fin.
Siempre lo fue, siempre lo es y siempre lo será.
Mientras nosotros vivimos dentro de los límites del tiempo, Dios existe fuera de él. Moisés escribió en el Salmo 90 “Antes de que nacieran los montes o engendraras el mundo entero, desde la eternidad y hasta la eternidad tú eres Dios”.
La eternidad de Dios es un atributo esencial que le es propio.
Dios es inmutable
En un mundo lleno de cambios e incertidumbre, el carácter y las promesas de Dios permanecen inalterables.
Como declaró el profeta Malaquías “Yo, Yahveh, no cambio”. Aunque la cultura y las circunstancias cambien y cambien, los atributos de Dios no lo hacen.
Y es Su naturaleza inmutable lo que le distingue de nosotros como Su creación.
Dios es Todopoderoso
Dios hizo existir el universo.
Él sostiene todas las cosas y tiene plena autoridad sobre todas ellas. En Jeremías 32:17 NVI, el profeta declara, “Ah, Señor soberano, tú has hecho los cielos y la tierra con tu gran poder y tu brazo extendido. Nada es demasiado difícil para ti”.
La omnipotencia de Dios es un componente fundamental de lo que Él es.
Y son estos atributos clave de Dios los que están reservados para Él, y sólo para Él.
Pero, aunque distinguen a Dios como totalmente Otro que nosotros, estos atributos informan e infunden nuestras identidades como hijos Suyos.
Los atributos que Dios refleja en nosotros
Dios nos creó a Su imagen para reflejar Su carácter. Esto significa que, aunque no somos divinos, Dios nos ha dado la capacidad de encarnar aspectos de Su naturaleza en nuestra vida cotidiana. Estos atributos conforman nuestra forma de vivir, de relacionarnos con los demás y de representarle ante el mundo.
Amor
El amor de Dios no se parece a ningún amor humano.
Es infalible, sacrificada e incondicional. 1 Juan 4:8 NVI nos dice, “Dios es amor”. El amor no es sólo algo que Él hace, es lo que Él es. Y vemos la expresión más plena de Su amor en el sacrificio de Jesucristo en la cruz.
Es este mismo tipo de amor el que Dios nos pide que reflejemos en nuestras relaciones. Significa poner a los demás antes que a nosotros mismos, perdonar cuando duele y amar a quienes podemos sentir que no lo merecen.
El amor está en el centro de lo que significa ser seguidor de Jesús.
Justicia
Dios es perfectamente justo.
Sostiene lo que es justo y defiende a los oprimidos. Deuteronomio 32:4 NVI declara, “Él es la Roca, Sus obras son perfectas y todos Sus caminos son justos”.
La justicia de Dios no se deja influir por las circunstancias ni por el favoritismo. Y en un mundo donde la injusticia está por todas partes, la justicia de Dios proporciona una norma de verdad y rectitud. Como pueblo suyo, estamos llamados a reflejar este atributo buscando la justicia en nuestras propias vidas. Esto significa defender a los que son maltratados, ser honestos y justos en nuestras decisiones y no comprometer nuestra integridad.
La justicia de Dios nos recuerda que la rectitud no es sólo una idea. Es una forma de vivir que le honra a Él.
Bondad
La bondad de Dios es evidente en todo lo que hace.
Él nos provee, nos protege y nos invita a experimentar Su bondad y Su misericordia. Y la bondad de Dios no depende de nuestras circunstancias. Es constante, independientemente de la situación.
Y estamos llamados a reflejar Su bondad en el mundo que nos rodea. Ya sea ofreciendo ayuda a alguien necesitado o simplemente escuchando a un amigo dolido, nuestras acciones pueden demostrar la bondad de Dios actuando en el mundo.
Santidad
Dios está totalmente separado del pecado y es perfectamente santo.
Isaías 6:3 NVI describe una poderosa escena en la que los serafines proclaman, “Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso”. Esta repetición subraya el peso de la santidad de Dios. Es central en Su ser. Y aunque somos imperfectos, Dios nos llama a perseguir la santidad en nuestras vidas.
Esto significa apartarnos del pecado, alinear nuestros corazones con la Palabra de Dios y caminar en Su camino.
Estos atributos nos recuerdan nuestra vocación de vivir de un modo que honre a Dios. Porque cuando encarnamos Su amor, justicia, bondad y santidad, no sólo reflejamos Su carácter, sino que también le representamos ante quienes nos rodean.
Por qué es importante comprender los atributos de Dios
Conocer los atributos de Dios da forma a cada parte de nuestra fe.
Su naturaleza inmutable nos da confianza en tiempos inciertos. Su santidad nos llama a vivir vidas apartadas para Él. Su amor nos enseña a servir y a cuidar de los demás. Y Su justicia nos recuerda que debemos defender la verdad y la rectitud.
Al comprender quién es Dios, podemos confiar en Él más profundamente, crecer en nuestra relación con Él y, en última instancia, reflejar quién es Él al mundo que nos rodea.
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