Decisiones vs Discípulos – ¿Cómo me salvo y qué hago a partir de ahí?

Altares completos.

Manos arriba.

Decisiones tomadas.

Todos los domingos, ésta es una parte normal de muchas reuniones eclesiales.

El objetivo es crear un momento para que los asistentes decidan seguir a Cristo. Aunque esta decisión es importante, el seguimiento diario de Cristo tiene un valor infinito.

La decisión de seguir a Cristo es sencilla. Sin embargo, es el paso inicial de un viaje de por vida como discípulo de Jesús.

Tristemente, este viaje diario de seguir a Jesús, caminar con Él y aprender de Él pasa a un segundo plano frente al valor de la Iglesia estadounidense de decidirse por Cristo.

Cuando la Iglesia hace hincapié en que las personas tomen decisiones por Cristo en lugar de convertirse en discípulos de Cristo, la vitalidad y la belleza de nuestra fe se resienten.

Cuando la atención se centra en la decisión de seguir a Cristo, la propia fe se trata como un seguro. Nuestros pecados son perdonados. Nos dirigimos al cielo. Ahora, tenemos que hacerlo lo mejor que podamos hasta entonces.
Sin embargo, Jesús no tenía nada en mente cuando invitó a los primeros discípulos a seguirle.

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En uno de los primeros encuentros que Jesús tiene con sus discípulos, les hace esta invitación

Y les dijo: Venid en pos de Mí [como discípulos, dejándome ser vuestro Guía], seguidme, y os haré pescadores de hombres.

Jesús les invita a seguirle, pero luego les explica lo que hará cuando le sigan.

Os haré pescadores de hombres.

Esto implica que todavía no eran lo que Él deseaba que fueran.

Los discípulos no eran pescadores de hombres, pero Él les daría la forma que estaban llamados a ser.

Ésta fue la invitación que Jesús hizo a Sus primeros discípulos, y sigue siendo una invitación para nosotros. Podemos seguirle y caminar con Él. A medida que lo hagamos, Él nos moldeará y nos convertirá en lo que nos llamó a ser.

A Jesús no sólo le interesa que nos decidamos por Él. Está interesado en que lleguemos a ser como Él.

¿Qué es un discípulo?

El término discípulo en hebreo es talmid, que significa “erudito, alumno”.

En el contexto judío, un discípulo, o Talmud, era un estudiante de la Torá que estudiaba bajo la tutela de un rabino o maestro.

El objetivo del discípulo era aprender de su rabino. Espigar de él sabiduría y virtud. Caminar y hablar como lo hacía el rabino.

Con el objetivo final de llegar a ser como su rabino.

Para que esto ocurriera, el discípulo hizo algo más que decidir creer en su rabino. Si el discípulo quería llegar a ser como su rabino, encarnaba su confianza mediante la lealtad vivida, dejando atrás los caminos de su antigua vida para seguir a su rabino.

Por eso, cuando Jesús nos invita a seguirle, nos pide que hagamos algo más que decidir por Él.

Cuando Jesús nos invita a seguirle, nos pide que dejemos atrás nuestra antigua vida y caminemos con Él cada día.

John Mark Comer, autor y fundador de Practicando el Camino, afirma

Ser talmidim significa reorientar toda tu vida en torno a estar con Jesús, llegar a ser como Jesús y hacer lo que Jesús hizo.

Esto es lo que significa ser discípulo de Jesús.

Es comprometer toda nuestra vida encarnada con Él.

Es abrirnos para ser transformados a Su imagen.

Ser discípulo es más que una decisión. Es una reorientación de toda tu vida.

Más que un domingo

Cuando elegimos convertirnos en discípulos de Jesús, permitimos que Él reforme y reoriente nuestras vidas.

Nuestra fe como seguidores de Jesús no es sólo para un día, es para ahora mismo. El deseo de Dios no es sólo llevarnos al cielo. Es hacer que el cielo entre en nosotros.

Es para darnos forma, moldearnos y transformarnos a Su imagen y semejanza, día tras día.

Relegar nuestra fe a un domingo por la mañana o considerar la salvación como una decisión de levantar la mano es trágico.

Nuestra fe como seguidores de Jesús no es sólo para el domingo; es para el lunes y todos los días siguientes.

Jesús desea entrar en todos los ámbitos de nuestra vida; enderezar lo que está mal; reestructurar lo que está roto; reorientar toda nuestra vida en torno a Él.

Aunque asistir a la Iglesia los domingos es una parte vital de nuestras vidas como seguidores de Jesús, nuestra fe no se detiene ahí.

La decisión de seguir a Jesús es esencial, pero es el comienzo de nuestro camino, no su clímax.

¿Cómo me salvo?

Si estás preparado para decidir seguir a Jesús, aquí tienes algunos pasos que te ayudarán en el proceso:

1. Reconoce y confiesa tu pecado.

Pablo, escribiendo a los romanos, afirma

Porque todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.

Todos estamos rotos. Todos hemos errado el tiro. Todos necesitamos curación y restauración.

Cuando acudimos a Jesús, se nos invita a confesarle nuestros pecados y quebrantos. Y lo que recibimos es curación y perdón.

2. Arrepiéntete.

Arrepiéntete, pues, y vuélvete a Dios, para que sean borrados tus pecados, para que vengan del Señor tiempos de refrigerio.

Arrepentirse es cambiar de opinión.

Significa apartarte de tus viejos patrones y formas de hacer las cosas.

Cuando seguimos a Jesús, elegimos seguir un modo de vida diferente.

3. Sigue a diario.

Seguir a Jesús no es una decisión momentánea, sino para toda la vida.

Es un viaje día a día, momento a momento, con Aquel que te ama y te creó.

Al seguir a Jesús, es importante poner en práctica algunas prácticas esenciales, como:

  • Unirse a un cuerpo local de creyentes
  • Leer las Escrituras con regularidad y constancia
  • Pasar tiempo en oración y comunión con Dios

Al poner en práctica estas prácticas, te posicionarás para recibir diariamente la gracia y el poder de Dios para ser quien Él te creó y hacer lo que te ha llamado a hacer.

Recursos para el viaje

Para ayudarte a seguir el camino de Jesús, hemos creado un curso online: ¿Qué es el Evangelio?

En este curso profundizarás en toda la narración de las Escrituras para descubrir el verdadero significado del Evangelio.

Los temas tratados en este curso son:

  • Semejanzas y diferencias entre el Evangelio de Pablo y el Evangelio de Jesús.
  • Los componentes que forman el Evangelio.
  • Cómo comienza el Evangelio en el Génesis.
  • El papel del rey y del reino en relación con el Evangelio y su definición.

Si quieres explorar cómo este curso puede ayudarte en tu camino siguiendo a Jesús, haz clic aquí.

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