
Comprender la cultura de la época de Jesús es vital para entender las Escrituras. Enriquece nuestra interpretación de las enseñanzas bíblicas y nos proporciona una visión de la dinámica social y los valores culturales que constituyeron el telón de fondo del ministerio de Jesús. Profundizar en la historia de la Biblia revela el hermoso recorrido de su formación, al tiempo que aumenta nuestro aprecio por las verdades intemporales que encierra.
Cuando comprendemos mejor el contexto histórico de la Biblia, podemos comprometernos con el texto de un modo más matizado e informado.
Tres áreas clave para comprender mejor el contexto histórico de la Biblia y el mundo que habitó Jesús son el contexto político, el religioso y el cultural.
Veamos el panorama político, religioso y cultural de la época de Jesús para comprender mejor la historia de la Biblia y el mundo en que vivió Jesús.
Paisaje político
En tiempos de Jesús, el pueblo judío vivía bajo el dominio romano. Roma, un gobierno opresor, ejercía su autoridad sobre el pueblo judío mediante fuertes impuestos y un poderoso ejército.
Con una presencia militar dominante, las tropas romanas estaban estacionadas por todo Jerusalén para mantener el control. Estas tropas servían de recordatorio constante al pueblo judío del dominio de Roma.
Como resultado, el pueblo judío navegó en un delicado equilibrio entre su identidad religiosa y el dominio romano, a menudo marcado por tensiones y levantamientos ocasionales.
Durante este tiempo, César Augusto gobernó como emperador. Sin embargo, el dominio romano se impuso nombrando a varios gobernadores y reyes en Jerusalén y sus alrededores. El Senado romano nombró a Herodes el Grande para gobernar Judea. Figura clave en el Nuevo Testamento, Herodes fue responsable de la matanza de niños en Belén durante la época del nacimiento de Jesús.
Herodes el Grande, el emperador romano Augusto y los diversos procuradores de Roma crearon una compleja estructura política que afectaba diariamente a la vida del pueblo judío.
Y con las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios, a menudo desafió las estructuras políticas y la dinámica de poder imperantes en su época.
Aunque el panorama político era complejo, este periodo de dominación romana contribuyó positivamente a la misión de Jesús.
Un escritor afirmó
Lo más importante para los cristianos es cómo el periodo romano preparó el camino a Cristo.
Estas interacciones con las estructuras políticas de la época de Jesús provocaron frustración, así como una profunda transformación, en los corazones de muchos líderes políticos durante Su ministerio.
Junto con las complejas estructuras y agendas políticas de la época de Jesús, también existían diversos grupos religiosos, que se sumaron al telón de fondo de Su ministerio.

Paisaje religioso
Fue un periodo crucial en la historia judía, ya que comenzó la reconstrucción del Segundo Templo en Jerusalén tras el exilio babilónico. El Templo desempeñó un papel central en el paisaje religioso de la época de Jesús, sirviendo de epicentro cultural en Jerusalén. Sin embargo, debido al paisaje religioso, en ocasiones se convirtió en un lugar donde estallaban las tensiones entre las autoridades romanas y la población judía.
Había varias sectas judías que dominaban el panorama religioso de la región. Entre ellas se encontraban los fariseos, los saduceos y los esenios, aunque sin limitarse a ellos.
Los fariseos eran un grupo religioso conocido por su estricta observancia de la Ley y las tradiciones orales de la fe judía. Los saduceos eran una secta religiosa sacerdotal que se adhería a la Torá, pero rechazaba las tradiciones orales y el concepto de la vida después de la muerte. En cuanto a los esenios, eran un grupo de separatistas conocidos por su estilo de vida estético y la posible autoría de los Rollos del Mar Muerto.
El escritor Ray Vander Laan afirma
Durante su ministerio, Jesús probablemente interactuó con todos ellos, tocando los corazones de algunos y desatando un odio violento entre otros. [2]
Durante este tiempo, también surgieron varios grupos de resistencia. Un grupo en particular era conocido como los zelotes. Los zelotes, un grupo de revolucionarios judíos, existían únicamente para librar a Jerusalén de sus ocupantes romanos.
Como era de esperar, abundaban las tensiones y la hostilidad con estos diversos grupos religiosos existentes en la misma región.
Aunque éste era el panorama religioso de la época de Jesús, Él tocó profundamente e impactó a cada secta mediante la compasión y, a veces, la confrontación.

Paisaje cultural
En cuanto al paisaje cultural, Jerusalén era una ciudad próspera en el comercio, mientras que las aldeas circundantes abrazaban ritmos agrarios y estaban llenas de comunidades muy unidas.
Existían diversas clases sociales, desde la aristocracia adinerada hasta el trabajador común. Estas distinciones de clase desempeñaron un papel fundamental en la dinámica social de la época de Jesús. Desde la élite hasta los marginados, Jesús se relacionaba a diario con personas de todas las clases sociales.
También fue un periodo histórico en el que se celebraban diversas tradiciones y festivales religiosos. Festivales como la Pascua judía y Sucot se celebraban anualmente como prácticas fundamentales de la fe judía. La Pascua conmemora la liberación de los israelitas de Egipto, y Sucot conmemora el éxodo israelita por el desierto tras la liberación.
Estas celebraciones anuales eran partes clave del paisaje religioso de la época de Jesús, y partes significativas de Su ministerio tenían lugar en estos importantes festivales o en torno a ellos.
Otra práctica cultural importante durante esta época era la observancia del Sabbat.
Ritmo semanal de la comunidad judía, el Sabbat era una práctica fundamental que se observaba desde el viernes por la tarde hasta el sábado por la noche. En el Sabbat, el pueblo judío cesaba todo trabajo y producción, entraba en reposo y partía el pan con la familia y los amigos.
El sábado resultó ser un día clave para Jesús, pues a menudo lo utilizó para articular mejor el mensaje evangélico.
Estos factores y prácticas, junto con otros, contribuyeron al paisaje cultural de la época de Jesús, añadiendo capas a las diversas historias que leemos en las Escrituras.
A medida que seguimos aprendiendo más sobre la historia de la Biblia y el contexto en el que fue escrita, podemos comprender mejor sus enseñanzas, lo que nos capacita para ponerlas en práctica.

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Comprender el panorama político, religioso y cultural es vital para entender la Biblia. Estos factores y otros contribuyen a nuestra comprensión de las Escrituras y del contexto en el que Jesús vivió y ejerció su ministerio.
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