
Escribiendo sobre la deidad de Jesucristo, C.S. Lewis dijo una vez
O bien este hombre era, y es, el Hijo de Dios: o bien un loco o algo peor. Puedes callarle por loco, puedes escupirle y matarle como a un demonio; o puedes caer a sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no vengamos con tonterías condescendientes acerca de que es un gran maestro humano. Él no nos ha dejado eso abierto. No era su intención.
La deidad de Cristo es una doctrina esencial de la fe cristiana.
Para los primeros seguidores de Jesús, la deidad de Cristo constituía el fundamento de su teología y de su predicación del mensaje evangélico.
La deidad de Cristo también constituyó la base de su interpretación del Antiguo Testamento, concretamente en lo referente a las profecías del Mesías venidero.
La deidad de Cristo sigue siendo hoy una parte vital de nuestra fe.
Forma los cimientos de nuestra fe, concretamente en lo que respecta a nuestras creencias sobre la salvación, el culto y la naturaleza de Dios. Informa sobre cómo nos relacionamos con Jesús a través de nuestra devoción y da forma a nuestra comprensión de Su autoridad en nuestras vidas.
La deidad de Cristo es un fundamento básico de la Iglesia y, al mismo tiempo, una afirmación exclusiva de la fe cristiana.
Mientras que otras religiones y sistemas de creencias pueden reconocer a Jesús como una figura histórica o un profeta, el cristianismo afirma de forma única que Jesús no es sólo un maestro humano, sino también plenamente divino, lo que teológicamente se conoce como la Encarnación. El concepto de la Encarnación, en el que Dios se hace humano en la persona de Jesucristo, es distintivo del cristianismo y lo diferencia de todas las demás tradiciones religiosas.
Para comprender mejor este concepto, veamos 3 pasajes de las Escrituras que afirman y afirman la deidad de Jesús el Cristo.
La Deidad de Cristo en las Escrituras
Juan 1:1 NVI
En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
Aquí, Juan el Amado afirma la deidad de Cristo afirmando que el Verbo (Jesús) existía en el principio con Dios y era Dios mismo. Esta Escritura subraya la naturaleza eterna y divina de Jesús.
Juan también afirma la divinidad de Jesús unos versículos más adelante al declarar que el Verbo se hizo carne, estableciendo la doctrina y la teología centrales de la Encarnación.
Jesús, que ha existido eternamente con Dios y es Él mismo Dios, se envolvió en carne y huesos para instalarse entre Su creación. Es esta verdad la que informa nuestra comprensión de la preeminencia de Jesús, así como de Su identidad como Dios.
Juan 10:30 NVI
Yo y el Padre somos uno.
En este versículo, la declaración de Jesús de que “Yo y el Padre somos uno” afirma directamente Su divinidad. Al reivindicar la unidad con Dios Padre, Jesús afirma Su unidad con la naturaleza divina.
Esta Escritura se sitúa en un contexto más amplio, en el que Jesús aborda la cuestión de Su relación con el Padre. Afirma Su papel único como Buen Pastor, que conoce a Sus ovejas y les da la vida eterna.
Así pues, ésta es la relación que Jesús tiene con el Padre y a la que nos invita mediante la salvación.
Su declaración: “Yo y el Padre somos uno”, refuerza la verdad de que Él posee la misma autoridad y poder divinos que el Padre, enfatizando aún más Su deidad.
Colosenses 2:9 NVI
Pues en Cristo vive corporalmente toda la plenitud de la Deidad…
Esta Escritura subraya que la totalidad de la naturaleza divina de Dios reside en Cristo. Dios se envuelve en carne y revela quién es a través de la persona de Jesús el Cristo.
Este versículo subraya aún más la Encarnación, la creencia fundamental de nuestra fe cristiana de que Dios se hizo carne en la persona de Jesús el Cristo.
Pablo, escribiendo a la iglesia de Colosas, nos proporciona una firme afirmación de la naturaleza divina de Cristo y de Su encarnación de los atributos de Dios.

Cómo la Deidad de Cristo informa nuestra fe
Nuestro culto
La creencia en la deidad de Cristo nos lleva a adorar a Jesús, no como un buen maestro moral, sino como Dios.
Cuando nos acercamos a Dios como Él es, empezamos a vivir vidas llenas de adoración pura y auténtica hacia Él.
Nuestra identidad
La deidad de Cristo conforma nuestra identidad como cristianos.
Como seguidores de Jesús, cuando reconocemos Su divinidad como fundamento de nuestra fe, nos sentimos capacitados para rendirnos a Su Señorío sobre nuestras vidas.
Porque cuando sabemos quién es Él, podemos comprender mejor quiénes somos nosotros en Él.
Nuestra esperanza
La deidad de Cristo nos ofrece esperanza y seguridad en tiempos de prueba e incertidumbre.
Podemos encontrar consuelo sabiendo que servimos a un Dios que comprende el sufrimiento humano y tiene el poder de lograr la victoria final sobre el pecado y la muerte.
Porque en Cristo tenemos esperanza para hoy y para la eternidad.

Explorando la Deidad de Cristo
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Muchos cristianos modernos cuestionan, y algunos han rechazado, la noción ortodoxa de que Jesús el Mesías era divino. Basándose en autores populares, muchos de ellos concluyen que la deidad de Cristo es una doctrina que se creó siglos después de que Jesús viviera y muriera.
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Con 8 horas de contenido, descubrirás:
- El significado del Nombre Divino en la época de Pablo y cómo el apóstol señaló el significado de Jesús aplicándole el Nombre.
- Las diversas opiniones de los eruditos sobre cómo “kyrios” (Señor) se convirtió en un título cristológico.
- Los contextos en los que Pablo suele referirse a Jesús como “Señor” y sus técnicas exegéticas al leer el Antiguo Testamento.
- Las fuerzas y factores que llevaron a los primeros cristianos, incluidos Pablo y Mateo, a concluir que Jesús era más que humano.
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